Humillación constante
Jane y Layla andan preparando una pequeña fiesta en su casa. Mientras se estaban preparando y veían a su esclavo sin hacer nada, empezaron a pensar qué podría hacer para serles útil. Ya mientras pensaban se les había ocurrido la idea de usarlo de posapies para los invitados. Para Jane y Layla estaba bien, pero creen que es poco trabajo para su esclavo. Así que le pidieron que hicera un masaje. Siguen buscando nuevos trabajos para su esclavo. ¡Ah sí! No podía faltar limpiar los zapatos con la lengua, seguro que los invitados estarán contentos. Por si no fuera bastante humillación la que le estaban haciendo pasar, le hacen beber agua de un bol para perros. Este esclavo no sire para otra cosa que para adorar los pies de sus Amas y ser humillado constantemente.
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